Segundo hijo
Cada vez pensáis más insistentemente en tener un seguno hijo, pero siempre os viene la misma pregunta sin respuesta: ¿Verdaderamente es el momento de tener un segundo niño? A continuación vamos a mostraros algunos preciosos consejos para construir una hermandad y una familia feliz.
¿Hay que esperar que el mayor sea un poco más grande y asà continuar concediéndole toda la atención y no descuidar todas las etapas decisivas de su pequeña infancia? O por el contrario, ¿hay darle un pequeño hermano lo más pronto posible para que ellos compartan sus primeros años llenos de complicidad? Es una elección muy subjetiva que dependerá, realmente, de los padres. El criterio más objetivo es el estado de "disponibilidad" de la mamá: ¿Cómo se siente en su cabeza y en su cuerpo? ¿Está cansada? ¿Se siente preparada para vivir de nuevo un embarazo? Los médicos aconsejan esperar por lo menos un año antes de concebir a un segundo niño.
La pareja debe plantearse ciertas preguntas: ¿Están ambos en la misma fase? ¿Uno de los dos está presionado por el otro? ¿Es un deseo compartido? Hay que hacerse estas preguntas porque muchas parejas actúan por lo que se llama "copia social": presión del entorno fundado sobre la imitación. Por ello hay que sondear el deseo, plantear bien la situación,...
Cualquiera que sea la diferencia de edad entre un hermano y otro, éstos van a entablar una relación única, que ninguno podemos prever. Por otra parte, los padres deben aceptar que no lo van a comprender todo en la relación de los hermanos. Habrá comportamientos entre ellos, entre sus niños, que escaparán de su comprensión.
La capacidad de sociabilidad del niño evoluciona con el tiempo. Antes de alcanzar los tres años, el pequeño no puede verdaderamente compartir con otro. Es hacia los cuatro años que empezará a abrirse al placer del juego y a tejer lazos. Ya a la edad de siete años habrá alcanzado la edad de juicio, estará tranquilo en sus impulsos emocionales y suficientemente sereno para no tener miedo de la rivalidad fraternal.
Los niños próximos en edad establecerán, sin duda, una relación más "viva" que los hermanos o hermanas con una diferencia de edad más importante. Pero la ausencia de complicidad no impedirá, en estos últimos, que nazcan sentimientos de protección y admiración por los otros hermanos. Muchos son los que sienten no haber tenido un hermano o una hermana pequeña a quien mimar y cuidar. El "hermano mayor protector" es una realidad muy extendida.
Errores frecuentes a evitar
Cuando los hermanos están próximos en edad, los padres deben ocuparse de no educarles como gemelos. Es muy tentador, pero es esencial tener en cuenta la identidad de cada uno de los hijos. Los niños necesitan crecer sintiendo que su diferencia es respetada.
Asà mismo, cuando los hermanos están alejados en edad, hay que proteger al mayor y no darle demasiada responsabilidad o "carga" sobre el hermano pequeño. Esto puede provocar en el mayor una tensión que puede hacer que la relación con el pequeño degenere. Que sea un ejemplo y se ocupe del pequeño está bien, pero con moderación.
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