Hiperactividad
La hiperactividad es un trastorno del comportamiento duro para los niños y para su entorno. La hiperactividad es un trastorno más frecuente de lo que se llega a creer: entre el 3 y el 5 % de los niños sufren este problema. No es fácil distinguir entre un niño un poco travieso y uno que sufre realmente de hiperactividad. El diagnóstico se basa en criterios precisos, refiriéndose a la vez a problemas de atención y problemas de hiperactividad. Varias situaciones deben hacer sospechar a los padres de este problema y consultar a especialistas:
- El niño no puede estar quieto en un sitio. Siempre está nervioso.
- Está siempre lleno de arañazos y moratones.
- Tan pronto como se le deja sin vigilancia, hace tonterÃas.
- Se pone imposible en público.
- En la escuela, es alborotador y sufre problemas de concentración.
- Parece inconsciente del peligro y toma riesgos elevados.
- No llega a poder mantener su atención en una tarea precisa durante demasiados minutos.
- Está hipermotivado.
Otro tipo de comportamientos pueden hacerte sospechar que tu niño es hiperactivo. Pero debes saber que en todos los casos, estos irán asociados a causas comunes: la imposibilidad de permanecer tranquilos y la imposibilidad de permanecer concentrados.
Tipos de hiperactividad
La pseudohiperactividad de origen psicoeducativo:
Son niños de naturaleza agitados, pero no por causa de un trastorno real, sino a causa de una educación en ocasiones inapropiada. Con esta educación, éstos no aprendieron a administrar sus emociones y se frustran fácilmente, lo que suele arrastrar problemas de agresividad.
La pseudohiperactividad secundaria o provocada:
En estos casos, el trastorno del comportamiento es una reacción inducida por un acontecimiento personal o familiar vivido por el niño: divorcio, depresión por parte de alguno de los padres,...
La hiperactividad de origen orgánico:
Es la hiperactividad en el sentido más estricto del término. Su origen proviene a la vez de causas genéticas y afectivas. Pruebas neurológicas practicadas por el médico, permitirán confirmar el diagnóstico.
Tratamiento de la hiperactividad
El tratamiento de la hiperactividad es un proceso largo y arduo. La psicoterapia es la piedra angular del tratamiento. Ésta puede revestir varias formas: psicoanálisis, psicoterapia familiar,... en función del origen de la hiperactividad. En función de los trastornos asociados con la hiperactividad, se puede recurrir a otros tratamientos complementarios: sesiones de ortofonista, de psicomotricidad,…
Existen tratamientos médicos para tratar la hiperactividad, pero sólo se administran a una pequeña parte de los niños hiperactivos, los que sufren realmente hiperactividad de origen orgánico. En estos casos, éstos permiten un verdadero progreso. Aunque para tratar eficazmente este trastorno, no deben ser utilizados solos, sino asociados a la psicoterapia.
El papel de los padres
El papel de los padres es primordial. Es indispensable adaptar sus costumbres educativas a la situación del niño. Los padres deben hacerse expertos de la enfermedad, ya que la gestión diaria del niño necesita conocimientos sólidos de los entornos desfavorables y de las soluciones concretas que permiten reaccionar en caso de crisis. Además, éstos deben dominar el modo de actuar de las medicinas. Sólo un conocimiento preciso de los efectos de las moléculas permitirán al padre seguir el tratamiento de la mejor forma posible. Finalmente, también es posible practicar psicoterapias "caseras" con el fin de hacer frente a problemas diarios: relajación para el niño y para los padres, etc.
Bien tratados y apoyados, los niños hiperactivos pueden reencontrar un futuro sereno.
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