Asma
El asma es una enfermedad inflamatoria de las vÃas aéreas o bronquios. Los sÃntomas son crisis recurrentes de respiración insuficiente, silbidos, ahogo, opresión torácica y/o tos. El asma es una de las causas más corrientes de hospitalización en niños. Y también causa la gran mayorÃa de visitas a urgencias.
Sin que existan conclusiones firmes, varios factores podrÃan explicar esta fuerte incidencia del asma, entre los que estarÃan un mejor diagnóstico de la enfermedad, el crecimiento de la polución y, probablemente, cambios en nuestro estilo de vida, conllevando más tiempo en el interior de las casas asà como una predisposición genética a la respiración silbante.
A veces es difÃcil diagnosticar el asma, ya que sus sÃntomas se parecen a los de otras enfermedades. La mayorÃa de los niños asmáticos tiene su primera crisis antes de la edad de tres años y el desencadenante de las crisis es, generalmente, una infección viral, como un resfriado. Los niños expuestos al humo de tabaco son más propensos a tener resfriados, infecciones en las orejas y una respiración silbante.
El asma puede ser episódico, con sÃntomas relativamente poco frecuentes en perÃodos breves de tiempo, o persistente, con sÃntomas que aparecen varias veces a la semana. Debemos aclarar que el asma episódica puede ser tan grave como el asma persistente, aunque los sÃntomas aparezcan menos frecuentemente.
Generalmente, el asma episódica se manifiesta en niños de uno a seis años y tiende a desaparecer hacia la edad escolar. Los niños que sufren este tipo de asma están perfectamente entre dos crisis. Éstas suelen llegar cuando el niño tiene un resfriado o cualquier otra infección respiratoria. Los niños que sufren de asma persistente manifiestan sÃntomas en presencia o ausencia de un resfriado. El asma persistente puede manifestarse a temprana edad, pero se declarará más a menudo en la edad escolar y persistirá durante la adolescencia y la vida adulta.
Factores desencadenantes
El factor desencadenante más común es la infección viral, particularmente en casos de niños de corta edad. También encontramos las sustancias irritantes en el medio ambiente, particularmente el humo de los cigarrillos y los alérgenos. Entre los niños más pequeños, las alergias más corrientes son la intolerancia a los ácaros, comúnmente llamados "polillas del polvo" y a los pelos de los animales domésticos.
Los niños de más de seis años también pueden ser alérgicos al polen y a los mohos. La exposición al frÃo y el ejercicio vigoroso, pueden también precipitar crisis de asma. Por otra parte, las crisis son más frecuentes en invierno debido al recrudecimiento de las infecciones virales y también porque se pasa más tiempo en el interior, lo que aumenta la exposición a numerosas fuentes de alergias.
Los niños deberán someterse a pruebas para determinar el tipo de alergias que sufren. Si la alergia es al pelo de los animales domésticos, deberemos mantener al niño alejado de ellos o, incluso, sacar al animal de casa. Para limitar las reacciones alérgicas al polvo de casa, "fundas impermeables antipolvo" son necesarias, además de quitar las alfombras de las habitaciones. Las sábanas deben ser lavadas con agua caliente una vez a la semana y deberemos retirar de la habitación los objetos susceptibles de atraer polvo o pelos de animales, como libros, peluches o cortinas no lavables.
En el momento del diagnóstico, el médico deberá preparar un plan de acción personalizado precisando las medidas que hay que tomar, los signos de intensificación del asma y las circunstancias que necesitarán una consulta médica urgente.
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