Séptimo mes del bebé
Con siete meses el pequeño comienza seriamente a "patalear". Por ello, va a hacer falta redoblar la vigilancia para que no ocurran dolorosos. Es muy común oír a gente que dice que el pequeño se les cayó del cambiador o de la cama. Y esas son acciones qye tenemos que cuidar mucho. Porque aún estando muy atentos, esto puede pasar. Así que no sólo estés vigilante, también sé precavido. Intenta evitar situaciones "peligrosas", coloca el cambiador en un lugar más "seguro", etc. Cualquier precaución es poca.
El bebé ya tiene un ritmo de sueño prácticamente de adulta. Puede y suele despertarse alguna noche, pero es debido a "pesadillas" puntuales o porque el pañal mojado le molesta más de lo normal. Atención en esta edad con que el bebé no coja caprichos nocturnos. Aprende a distinguir sus llantos de auxilio, para que vea que sólo debe hacerlo cuando sea realmente necesario. Además, muchas veces llora sin llegar a despertarse del todo y al acudir nosotros no le dejamos que se vuelva a dormir sólo, que sí lo habría conseguido.
Ya es difícil dejar al niño de espaldas. Éste ya ha perfeccionado el pasar de boca arriba a boca abajo y le gusta más estar boca abajo. Lo que antes era una novedad para él, ahora le encanta hacerlo. Así que ten cuidado con él. Ya consigue permanecer algo sentado, aunque todavía es un poco torpe y necesita tu ayuda para evitar caerse de bruces o para no caerse hacia atrás. Aún le falta tono muscular para mantenerse. También le encanta estar de pie. Para él es un crecimiento y está contento cuando está de pie. Intenta incluso saltar. Juega con él a menudo a mantenerlo de pie y levántalo un poquito sobre el suelo para desplazarlo. Le gustará que lo hagas.
Su desarrollo “ojo-mano” ya está muy avanzado y ya es capaz de coger dos objetos de forma espontánea. Continúa encantándole jugar al escondite y empieza a ser consciente que los objetos que desaparecen de su campo de visión, continúan allí. En cuanto a los sonidos, nos hemos interesado por aquellos que emite el pequeño. Ahora los sonidos que emite se parecen más a lo que nosotros conocemos. Por lo que no es difícil que oigamos cosas parecidas a "mamá", "papá", "tete" o "agua", aunque serán palabras diga sin saber realmente lo que son. Ahora el pequeño ya es capaz de imitar muchos de los sonidos que le hagas. Y le encantará repetirlos.
Los dientes seguirán creciéndole, lo comprobarás por como muerde las cosas y porque se quejará de ello. Si el bebé tiene un poco de retraso, no te preocupes, que ya les llegará la hora de salir. El pequeño ya distingue bien a quien conoce y a quien no, y hace su selección. Algunos deberán hacer verdaderos esfuerzos para arrancarle una sonrisa.
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