Aprender a hablar

Los mecanismos cerebrales que gobiernan el lenguaje aún no son del todo conocidos actualmente. Ciertos estudios han podido identificar ciertas zonas del hemisferio izquierdo del cerebro que están en acción desde el nacimiento. ¿Cómo saber si nuestro bebé comprende el sentido de lo que le decimos? Las primeras palabras que oye nuestro bebé están llenas de emociones y de ellas retiene la expresión de nuestra cara, las entonaciones,...

Al principio un tono dulce es suficiente para calmarlo, una sonrisa provoca su risa,... Conforme avanza el tiempo y el pequeño crece éste va registrando los mensajes que le llegan, repite los sonidos que le pronuncias,... Poco a poco hará sonidos diferentes para pedirte un objeto o cuando le llevas al cuarto de baño para bañarle.

Despertar a un niño al lenguaje del mundo que le rodea no es nada complicado. Simplemente requiere de una atención diaria y hablar con el bebé conforme hagamos cosas con él. La comunicación es un acto natural. Si estás cansada no estás obligada a hacer grandes "discursos", pero siempre es conveniente que hables con él. Acostúmbrate a hablarle de su vida cotidiana: "¿va a comer el bebé?", "¿vamos al baño?". El bebé adora que se le hable y poco a poco procurará comunicarse.

Pero... ¿cuándo pronunciará su primera palabra? No os estreséis. Cada niño evoluciona a su ritmo, tanto en el lenguaje como en otros aspectos. Por norma general, es hacia los 10 meses de edad que un bebé pronuncia sus primeros sonidos, que se parecen a "mamá" o "papá". Pero si llega después no debemos alarmarnos.

Los bebés adoran comunicarse. Interactuar es necesario para ellos. Por eso desde que son capaces de moverse, éstos balbucen y emiten ruiditos para “comunicarse” con los papás. La relación de los niños con los teléfonos nos ofrece una clara muestra de lo que estamos hablando. De todas maneras, no todos los niños son iguales: los hay que necesitan interactuar constantemente mientras que otros pueden estar horas jugando solos. Lo que sí es cierto es que los niños criados en colectividad (con más hermanos, yendo a la guardería desde pequeños,...) adquieren el lenguaje más rápidamente.