Cómo influye la conducta de los padres en los hijos
Los progenitores tienen una gran influencia en sus hijos aunque en muchas ocasiones no lo sepan. En este artÃculo, después de una gran investigación y diferentes estudios nuestros expertos te cuentan la influencia que tiene la conducta de los padres en los hijos.
Cómo influye la conducta de los padres en los hijos
Seguro que si alguien te pregunta por lo que te transmitieron o como te educaron tus padres sabes que responder y esto ha sido importante para ti (tanto en los casos buenos como en los malos). A veces los padres no tienen que enseñar nada a propósito sino que hemos adquirido muchas cosas de sus propios hábitos, comportamientos y conductas y es por ello que de adultos sucede lo mismo, siendo muy importante la conducta de los padres para los hijos.
Debemos pensar que los niños mirarán el mundo a través de los ojos de sus padres y ellos serán un reflejo. Al verlos irán extrayendo diferentes conclusiones sobre el mundo que tienen a su alrededor y formando su propio temperamento y es por ello que, aunque es imposible elegir los genes los padres si pueden establecer sus conductas y las relaciones con los hijos para formar su carácter.
Está claro que los padres también tendrán sus propios filtros a la hora de ver a sus pequeños, como serán diferentes creencias, valores e incluso normas y les creará unas expectativas concretas pero sin duda los padres deben aprender a ser imparciales y a tratar a sus hijos con cariño y respeto porque de lo contrario, los estados emocionales negativos en los padres pueden llegar a marcar de por vida a los hijos.
Los padres no necesitan hablar o dar lecciones para enseñar a sus hijos porque cuando los niños sean realmente pequeños ya tendrán impresiones de su entorno incluso aunque sean incapaces de andar. Los padres transmiten con el tono de su voz, con su presencia y con su ausencia, con los movimientos corporales, con las sonrisas y con las lágrimas. Con todo esto les cuentan a sus hijos lo que está bien y mal, lo que les agrada y lo que no, lo que les importa y lo que no.
Pero además, mediante el lenguaje los padres también pueden decir muchas cosas a los niños. Pueden demostrarles y transmitirles sus propias emociones y también ayudar a los pequeños a expresar las suyas para poder comprenderlos, enseñarles y ayudarles.
Considera que si cuando están enfadados los padres expresan sus emociones verbalmente en lugar de gritando, moviendo cosas o haciendo gestos exagerados los niños aprenderán a expresarse hablando y aprenderán una conducta negativa mientras que de lo contrario tomarán ejemplo y aprenderán a crear berrinches y llorar cuando se enfaden.
El tema de las crÃticas es también muy importante porque pueden llegar a hacerles daño y ser más nocivas que buenas. Pide ayuda psicológica online aquà para conseguir crear una relación perfecta entre padres e hijos. Los padres deben expresar las crÃticas con las palabras juntas para ayudar a sus hijos a crecer, modificar comportamientos y seguir aprendiendo pero nunca hacerles sentir tristes o mal.
Hay que ser muy cuidadosos con las crÃticas a los hijos porque todo lo que se les diga puede llegar a afectarles muy profundamente y por tanto debe ser exactamente lo que se quiere expresar y servirles para seguir creciendo, no hacerles estancarse. CrÃticas frecuentes y en mal tono pueden llegar a desanimar y marcar a los niños negativamente con lo que es muy importante aprender a tratar con ellos de forma eficiente, práctica y positiva.
AsÃ, todo ello influye mucho en la conducta de los niños porque a partir de todas estas opiniones y de lo que piensan las personas que son tan importantes para él es como se forma su manera de verse y de quererse y por tanto todo esto es básico para la creación de una autoestima saludable y de individuos sanos emocionalmente .
Más tarde, todos estos puntos jugarán también una gran influencia en la forma en la que estos niños o niñas se relacionarán con el resto de las personas con lo que sin duda la conducta de los padres es realmente importante para los hijos.
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