Cómo inculcar fuerza de voluntad en los niños
Son muchos los padres que se frustran porque piensan que la fuerza de voluntad es una capacidad que debería ser innata a sus hijos. Lo cierto es que esto no es así, sino que la fuerza de voluntad no es más que una habilidad que se adquiere y se aprende ya desde la infancia, por eso resulta indispensable fomentar un aprendizaje correcto para que éste sea perdurable durante toda la vida.
Además, la fuerza de voluntad se convierte en una habilidad elemental que los niños deberán adquirir para ser capaces de controlar sus impulsos, deseos y voluntades desde edad temprana. Esto les ayudará no sólo a controlar dichos deseos, sino también a esforzarse cuando necesiten hacerlo para conseguir aquello que quieran. Por ello, será necesario que los progenitores tengan claro que la fuerza de voluntad de sus hijos dependerá en gran parte de la motivación y el refuerzo positivo que ellos mismos les brinden y que calará en forma de una buena autoestima y de un sentimiento al alza de responsabilidad y madurez.
Cómo conseguir inculcar fuerza de voluntad en nuestros hijos
Como leemos en este artículo de EmilioValcarcel.com sobre fuerza de voluntad, esta consiste en retrasar el beneficio más inmediato por otro beneficio que será mayor y que recibiremos en el futuro. Es algo que se trató de demostrar en un estudio experimental llevado a cabo por un profesor de la Universidad de Stanford con niños, precisamente, a los cuales se les ofrecía un dulce y se les daba a elegir entre comérsela de manera inmediata o esperar durante unos minutos y recibir, a cambio de su espera, mayores beneficios también en forma de dulces.
A continuación, queremos darte unas simples pautas que podrás poner en marcha para ayudar a que los pequeños de la casa desarrollen su fuerza de voluntad con mayor facilidad. Como verás, son cosas muy sencillas que aprenderán a poner en marcha por ellos mismos conforme pase el tiempo.
Seguro que habrás comprobado que, cuando llegan a casa, los niños suelen querer desentenderse de las tareas del colegio y dedicarse a jugar. Es un comportamiento normal dado la cantidad de horas que dedican a estar en el aula, pero lo cierto es que será beneficioso para ellos que les instruyas a que primero deberán acabar los deberes y tareas escolares y que, con posterioridad a terminar las obligaciones académicas, es cuando podrán ponerse a jugar. Además, nosotros te recomendamos que acordéis un horario determinado para esta finalidad y también a que el niño entienda que tiene la responsabilidad de acabar hasta el final cada tarea que empieza.
Es importante para que tu pequeño entienda que tiene ciertas responsabilidades y que se comprometa a realizarlas que pactéis ciertas normas y reglas, que deberán quedar bien claras y establecidas en la casa. Además, también es aconsejable que quede claro cuál será la recompensa en caso de conseguir cumplir todas las responsabilidades y cuáles son las consecuencias en caso de incumplirlas.
Por supuesto, cada vez que el niño cumpla con sus responsabilidades, su actitud deberá ser aplaudida y reforzada, de manera que vea que ese es el camino a seguir. Este comportamiento puede ayudarse en base a dar ejemplos de disciplina, de compromiso y de evitar las quejas.
Y, por supuesto, deberás evitar vocalizar las frases negativas. De nada sirve que le digas a tu hijo que es un desastre o que es demasiado impaciente, porque estas frases negativas podrían llegar a calar más que las positivas. De la misma manera que tu hijo tiene que aprender a ser paciente y a desarrollar su fuerza de voluntad, tú también tendrás que demostrarle paciencia a él.
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