Crisis de la adolescencia
Casi todos los adolescentes pasan por esta crisis. Sin embargo, aunque muchos la pasan de una forma más o menos inadvertida, otros tendrán una adolescencia “conflictiva”. Los cambios corporales, la aceptación del nuevo cuerpo, la sexualidad,... son muchos los factores susceptibles de provocar perturbaciones más o menos duraderas y\o profundas. El adolescente, intentando obtener más autonomía y liberarse de la influencia paterna, adopta comportamientos de oposición hacia ellos.
Los conflictos familiares no constituyen los únicos signos de la entrada a la pubertad. El adolescente realizará modificaciones en su apariencia (forma de vestir, peinado, piercings,...), puede encerrarse en sí mismo, adoptar conductas de riesgo (adicciones), etc. Todo esto es preocupante cuando se llega al exceso, pues confirma la existencia de un sufrimiento que el adolescente no sabe administrar.
Ayuda profesional
La idea de que el adolescente pueda necesitar una ayuda exterior profesional, afecta a algunos padres, que llegan a sentir que han fracasado en su función paterna. Sin embargo, lo que ocurre es que el adolescente necesita hablar con una persona neutra.
El adolescente puede presentar problemas psicológicos relativos a períodos difíciles (duelo, separación de los padres, enfermedad familiar o propia,...). También pueden atravesar malos resultados escolares, angustias, dificultades de comunicación, trastornos alimenticios, comportamientos agresivos, llanto frecuente,... Ciertos síntomas son más alarmantes que otros. Pero en la mayoría de casos, la consulta profesional será tremendamente beneficiosa.
Diversos profesionales de salud son competentes para aportar ayuda a un adolescente en apuros.
El psiquiatra, médico especializado, puede prescribir medicinas si fuera necesario (para calmar el sufrimiento inmediato). Es un excelente interlocutor para una depresión o un trastorno del comportamiento. Con sus sesiones, el problema se soluciona a largo plazo.
El psicólogo se interesa por el individuo en su unicidad y su originalidad. Éste no intenta encerrar al sujeto en una categoría sino comprender, a través de la exploración y el análisis de su personalidad y de sus vivencias, lo que lo atormenta y lo debilita.
Con el fin de escoger al profesional más apropiado, lo mejor es exponerle la situación al médico de cabecera. Éste os aconsejará en la elección que hay que tomar y os dará dirección. También puedes acudir al psicólogo escolar para que os dé nociones del mejor paso a dar.
Para conseguir que el adolescente quiera recurrir a la ayuda profesional, puede ser necesario explicarle que el profesional se trata de una persona neutra y que podrá aportarle ayuda. Además, tiene secreto profesional. También podrá ayudarle a comprender lo que le ocurre y a administrar esta nueva situación. Hay que precisarle al adolescente que puede ir sólo a probar qué tal es y cómo se siente. Lo más importante es que confíe en su médico. De no ser el caso, siempre se podrá buscar a uno que le trasmita confianza y serenidad.
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